Una realidad que merecemos

Queremos un mundo en donde las utopías son tan verdaderas como la realidad en la que vivimos.
No queremos pertenecer a una sistema convencional, queremos pertenecer a una vida idónea, tolerante y solidaria.
Estamos cansados de ver como nos destruimos, de ver como somos capaces de envidiarnos tanto, que en nuestra mente sólo esperamos un error del otro para que caiga y no dejemos que se pare de nuevo.
No queremos acostumbrarnos a ver que los eruditos siguen aprovechando su sabiduría para que sean dueños de las verdades de quienes soñamos.
No queremos una vida que se nos valla en cosas superfluas, no queremos una vida que sea obvia, no queremos que se nos escape de las mano.

Lo que sí queremos y deseamos es una vida equilibrada en donde las utopías se respeten, y se trabaje por realizarlas en una vida que es real.
Queremos pertenecer a un rumbo, en donde todos miremos hacia un mismo horizonte con diversos caminos, pero al fin ayudándonos mutuamente porque sabemos que de esa forma llegaremos a lo que esperamos y deseamos. Una vida en la que todos tengamos posibilidades y derecho a ser felices.
Queremos sentir como somos capaces de vernos las caras y decirnos que siempre estaremos ahí para ayudarnos cuando estés apunto de desfallecer y sellar este gesto con un abrazo verdadero.
Queremos ser parte y aprender de los más idóneos, para construir una cotidianeidad de respeto y tolerancia.

En fin, todo lo que queremos y deseamos lo estamos construyendo ahora, todo lo que anhelamos no es mentira, es una realidad, de la que me siento parte. De aquellos que estamos intentando pertenecer a la vida que queremos, quizás con temor lo digo pero es lo que deseo, una realidad como nos merecemos.